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Los niños aprenden mucho jugando con bloques. Entre otras comprensiones importantes, aumentan el pensamiento espacial y matemático a través del juego con bloques. Mientras construyen, los niños obtienen experiencias directas con los conceptos de la proporción y el equilibrio. También exploran las formas y figuras. Mientras hablan de los bloques que manipulan, aprenden sobre las figuras bidimensionales que se encuentran en las superficies de bloques, además de las formas tridimensionales que estos representan, como cilindros, prismas y cubos. Al construir, los niños aprenden a organizar las cosas según sus tamaños relativos, colores, pesos y formas.
El juego con bloques también les brinda a los niños la ocasión de desarrollar habilidades entre varias áreas del desarrollo. Los estimula a utilizar sus capacidades de lenguaje además de las sociales y emocionales. Al jugar con bloques, los niños tienen oportunidades de comunicarse y colaborar con sus compañeros. Pueden compartir ideas y trabajar juntos en la elaboración de estructuras grandes. Conversan para acordar maneras de compartir materiales. Tal vez intercambien bloques de diversas formas o resuelvan problemas sobre cómo aumentar su estructura cuando hacen falta más bloques de cierta forma. Un niño podría tener que manejar sus emociones y su sentimiento de frustración cuando otro niño derribe su estructura.
